CRÓNICAS DE UN VIAJE SOLIDARIO II

PALESTINA QUIERE LIBERTAD, NO LIMOSNAS

El martes por la mañana, mientras teníamos una reunión con la red de organizaciones de Derechos Humanos de Palestina, tenía lugar un ataque israelí en las zonas de Khan Younis y Rafah. (Nosotras estamos en Ciudad de Gaza, más al norte). La justificación de las autoridades israelí es la habitual, o sea que han bombardeado zonas donde se esconden combatientes palestinos. En archivo adjunto os envío una foto del bombardeo. No se han producido víctimas, pero si daños materiales que empobrecen más a la gente y sicológicos que aterrorizan a la gente.
Pero hoy jueves si hemos viajado al barrio de Chabdura en Rafah. Hemos visitado a Mahmud Kamel al-Sersek, el joven futbolista de la selección nacional de palestina que fue puesto en libertad, también el pasado Martes, después de tres años preso en las cárceles israelís, en la modalidad de “prisión administrativa sin cargos”, es decir, te detienen, no te acusan de nada, así que no puedes defenderte y te mantiene preso de manera indefinida. Contra este tipo de detenciones los presos palestinos están reaccionando haciendo huelgas de hambre. Es el caso de Mahmud. El pidió autorización para ir a Cisjordania a jugar en un equipo de fútbol, Israel le concedió el permiso, pero cuando salió de Gaza lo detuvieron, el 15 de Julio de 2009, cuando tenía 22 años. Desesperado porque no sabía cuanto tiempo lo tendrían encarcelado inició una huelga de hambre que mantuvo durante 95 días y estuvo a punto de costarle la vida. Al final las autoridades israelíes cedieron y lo han liberado a punto de cumplir los tres años de cárcel. Hoy le hacían en su barrio un homenaje popular en un polideportivo. Nosotras hemos estado previamente en su casa saludándolo a él y a su familia. Ha sido una cosa muy emotiva. Nos han acompañado una activista italiana, otra belga de origen árabe, que hablaba español y nos ha servido de intérprete y dos amig@s palestin@s. La madre estaba emocionada al ver como ciudadanos de Europa visitábamos a su hijo. Nos confesó que ella, con toda la preocupación del mundo apoyó la huelga de hambre de su hijo porque creía firmemente que era la única manera de que consiguiera la libertad. Ahora está feliz con su hijo en casa, pero sigue sufriendo por los miles de presos palestinos que siguen en las cárceles de Israel, y nos dice que sabe que la libertad es condicional porque toda la población palestina está en la cárcel que es Gaza.
Mahmud, nos ha abrazado y saludado a tod@s. Su discurso ha sido conciso. El sabe que toda la gente del mundo son hermanos por encima de razas, lenguas y creencias, aunque los gobiernos tengan sus intereses. El es uno nada más, pero se ha dejado a miles de compañeros presos atrás.
En ese ajetreado martes, 9 de Octubre, nos reunimos con Amjad Shawa, coordinador de la red de ONG palestinas, que agrupa a 130 organizaciones. Su posición de principio es muy clara, documentan la violación de los derechos humanos, tanto de las fuerzas de ocupación israelí como de las autoridades palestinas. Pero tienen claro que la fuente actual de esas violaciones está basada en la ocupación de Palestina. La separación a que obligan las autoridades israelís de los distintos enclaves palestinos es una tragedia en si misma. La gente joven de Gaza, no conocen Palestina, solo Gaza. El 70% antes estudiaban en Cisjordania, ahora ya no se puede. La política de Israel es la eliminación total de Palestina, con la absorción de Cisjordania y Jerusalém y la cesión de la actual Gaza a Egipto. Con la política de empobrecimiento de Gaza, Israel quiere forzar a que la gente se marche. El cierre de fronteras en 2006, significó la parálisis de 99% de fábricas, unas 4.000, que ya no podían importar materias primas ni exportar sus productos. Eso supuso que mucha gente fuera al paro, además de la que, por el cierre de fronteras ya no pudo ir a trabajar en Israel, que se calcula que eran unas 100.000 personas. Y aunque tienen campos de cultivos, palmerales, frutales, la ocupación israelí les pone difíciles las cosas. La gente no puede acercarse a menos de 1 Km de la valla que rodea toda Gaza limitando la zona controlada por Israel. Esa zona que dedican al cultivo de trigo y cereales, o han tenido que dejarla baldía o la cultivan a riesgo de muerte, ya que soldados israelis disparan sin avisar. Abandonar el terreno significa perder 50 Kilómetros cuadrados de tierras de cultivo. Gaza, que exportaba naranjas, tiene ahora que importarlas, porque antes de su marcha de la franja, los israelís arrancaron miles de naranjos. La pesca, una de las fuentes de alimentación importante al ser una zona costera se ha visto muy limitada, ya que según los acuerdos de Oslo, Israel iba a respetar la zona de 20 millas en el mar, como aguas territoriales de Gaza, donde sus pesqueros podrían faenar. Ahora mismo y de manera unilateral, el límite que imponen a los pesqueros es de 3 millas.
Por esto, el pueblo palestino dice que no quiere ayuda ni limosnas. Quieren libertad. Ellos saben trabajar, cultivar pescar, comerciar, estudiar, investigar (cada año van 15.000 graduados al paro). Los dineros de la Unión Europea caen en saco roto, como el aeropuerto que construyó España en Gaza y que fue destruido por los bugdozer de Israel. El problema de fondo no es humanitario sino político. Por eso apoyan la campaña internacional BDS (Bloqueo, Desinversiones, Sanciones) contra Israel, porque creen que es la manera más efectiva, a través de la presión social y popular de presionar a Israel. Ellos ya están bloqueados. La autoridad israelí permite que compren coches y chocolate, pero no medicinas. No les permiten exportar casi de nada, pero como una cruel burla, entre los productos que tienen autorizados a exportar está el caviar.
Con la situación tan difícil que hay en Gaza, el compañero no oculta que hay importantes diferencias sociales. Hay propietarios de tierras de cultivo, de empresas, o los dueños de los túneles (que aunque autorizados por el gobierno de Hamas, son de propiedad y gestión privada), etc, que son una clase capitalista. La gente que trabaja gana al mes una media de 1.500 Chequel (300€ al mes al cambio) pero la inestabilidad laboral es muy acusada, y el paro es posible que se acerque al 50%. Luego como un ingreso muy importante están las remesas de los inmigrantes (que trabajan en la zona del Golfo Pérsico, en Europa, en América..), las ayudas de la ONU, que se dan en alimentos fundamentalmente y sobre todo en la redes de solidaridad familiar. Amjad Shawa, finalmente, además de informarnos que la red, ha puesto en marcha una campaña para que se rebaje la edad mínima para poder presentarse a las elecciones parlamentarias de 30 a 25 años, nos hace un llamamiento a que la gente solidaria del mundo visite Palestina. No solo Gaza, sino también Cisjordania y Jerusalén. Que podamos servir de lazos entre los distintos territorios palestinos, que ellos, justamente por ser palestinos, no pueden visitar.
Entre el Miércoles y el Jueves, nos hemos reunidos con dos partidos de izquierda, el Frente Popular y el Frente Democrático, con una Asociación de Derechos de la Mujer y otra Asociación de Derechos Humanos, y hemos visitado un par de hospitales. Lo que podemos destacar de lo que nos dicen, es que consideran a Hamás como un partido patriótico pero de derechas. La izquierda primero defiende la unidad nacional frente la ocupación de Israel. La izquierda además tiene que resolver su división, ya que son 5 partidos de izquierda, además de los dos frentes mencionados, están el partido popular palestino (antiguo partido comunista) la Iniciativa nacional Palestina y la Unión Democrática Palestina, que se conoce como FIDA. La izquierda palestina denuncia el enfrentamiento de Hamás que gobierna en Gaza, y de Fatah que gobierna en Cisjordania, y parece que es un sentimiento popular muy extendido, de manera que al calor de la manifestaciones populares árabes, en Túnez y Egipto, los palestinos se manifestaron pero pidiendo que se acabara el enfrentamiento entre los dos partidos gobernantes, y unieran sus fuerzas para luchar contra la ocupación y mejorar el nivel de vida del pueblo.
La Asociación de mujeres, tiene una doble función, por una parte de protección y por otra de reclamación de derechos civiles. Por una parte, frente al mayor impacto que tiene el paro sobre las mujeres, que sobre los hombres, dan cursos de formación, ayudan a las más necesitadas, organizan actividades productivas como la elaboración de artesanías. En reclamación de sus derechos, defienden la igualdad de salarios con los hombres y rechazan la política retrógrada que Hamás está imponiendo a las mujeres. Políticas que van desde la exigencia de vestir el hiyab (túnica negra), de segregar mujeres y hombres en los espacios públicos o de prohibirles fumar narguile. Ellas alientan a las mujeres a vertirse con colores e incluso o a no llevar pañuelos cubriéndoles la cabeza si no lo desean. Esta actitud les lleva a tener frecuentes problemas con la policía de Hamás.

CRÓNICAS DE UN VIAJE SOLIDARIO I


Durante unos días tres compañeros, estarán en Palestina en un viaje solidario, postearemos la información que nos envían, como contribución al conocimiento de la realidad que vive el pueblo palestino


Querid@s compañer@s, después de que el año pasado, nos impidieran llevar a Gaza ayuda humanitaria el Gobierno Israelí y sus aliados, y sobre todo, romper el ilegal muro de bloqueo impuesto al pueblo palestino, este año hemos vuelto un grupo de tres personas a viajar a Gaza, y hemos entrado por el hueco que la revolución popular egipcia abrió en el muro del aislamiento palestino, obligando a su gobierno, después de la caída deMubarak, a abrir el paso de Rafah que es el trozo frontera que Egipto tiene con Gaza. Ahí os mando mis impresiones del viaje por si os interesa. Siento no estar recibiendo a los mineros en Madrid, y siento no estar al lado de mis compañer@s de CCOO en la multitud de luchas a las que estamos haciendo frente, pero será cuestión de pocos días los que estaré por aquí. Saludos fraternales. Manolo García.


Documento adjunto
¡¡Estamos en Gaza!!

Ayer, 7 de Julio, San Fermín, entramos en Gaza, por la frontera de Rafah, de Egipto. Esta frontera que mantuvo cerrada Mubarak, dentro de sus acuerdos de colaboración con Israel, fue abierta después de su caída forzada por el movimiento popular egipcio. No obstante las condiciones de su apertura son precarias. Solo funciona desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde, y los días de rezo, los Viernes para el mundo musulmán, la frontera permanece cerrada. Por supuesto sería impensable cerrar un viernes la frontera del Cairo, vía aeropuerto, con el mundo occidental. Pero también hay fronteras para ricos y fronteras para pobres. Además la frontera solo está habilitada para que crucen personas, pero no vehículos con mercancías. Es decir, el aislamiento comercial de Gaza, impuesto por el gobierno de Israel, sigue siendo respetado por Egipto, y solo consiguen pasar, lo que en sus grandes maletas pueden cargar las personas de Gaza con autorización de entrada en Egipto, cosa que tampoco es fácil. Así, las vías de entrada de mercancías en Gaza, son oficialmente las que entran por la frontera de los territorios ocupados por Israel, y que dependen en calidad y en cantidad de los que decida políticamente su gobierno, y lo que entra de contrabando por los túneles que la gente de Gaza ha excavado en la línea de la frontera, túneles impulsados desde el gobierno palestino de Gaza, y  no autorizados, pero “ignorados” por el gobierno egipcio.
El grupo que viajamos a Gaza, lo componemos tres personas, Manu Pineda, uno de los impulsores de la 2ª flotilla de la libertad a Gaza, del año pasado, y que cuando esta no pudo cumplir su cometido, exploró la entrada vía Egipto y cuando lo logró, se trajo para España, varios proyectos de cooperación. Saray y yo. El trío somos de Málaga, de CCOO, de IU, y participamos en la Asociación de Solidaridad Internacional Unadikum.
El viaje ha sido difícil. No hay autobuses de línea ni nada parecido, del Cairo a Rafah, la frontera con Gaza. Se va en coches particulares, o en taxis colectivos. Habíamos contratado un coche para el Jueves día 4. Este tuvo un accidente y no pudimos salir. Los coches que buscamos no querían ir porque temen que los asalten en el camino los beduinos. El viernes era día de rezo, así que teníamos que esperar al sábado. Contratamos un coche con el que salíamos a las 4 de la mañana. Este finalmente tampoco pudo salir, pero pudimos engancharnos en un taxi colectivo, que con 8 personas abordo, partió a las 2’30 de la mañana del Cairo y nos dejó en la frontera de Rafah a las 10’30.  Salimos desde el Cairo en dirección Port Said, donde el canal de Suez sale al Mediterráneo, y antes de llegar doblamos a la derecha, cruzamos el canal por un viaducto y luego recorrimos toda la península del Sinaí por el norte, bordeando la costa, que es básicamente un desierto, con grandes dunas de arena. Nunca antes habíamos practicado la conducción suicida, es decir circular en dirección contraria en una autovía. Bien esto lo que hizo nuestro conductor en varias ocasiones en la que quiso acceder a un área de servicio, o una gasolinera al otro lado de la autovía. Otra de las características de la conducción en Egipto es que no hay limitaciones de velocidad y que en las rotondas nadie hace el círculo, sino que atraviesa por el lado más corto.
La parte egipcia de la frontera de Rafah es un caos. No hay un sistema definido de colas ni de procedimiento. La gente se agolpa, se empuja, discute. En el sistema de revisión de pasaportes, hay que entregarlos en un mostrador haciéndose sitio, y cuando los revisan, una o dos horas después, para entregarlos, van leyendo nombres, y como hay mucha gente apiñada, los devuelven tirándolo por el aire hacia el que lo pide, algo así como lanzamiento de pasaporte. Después de perder horas y dinero (nos cobran, obligatoriamente por persona, unos 20€  en libras egipcias por trasladar las maletas del patio de la frontera egipcia al de la frontera palestina, unos 300 metros), pasamos al lado de la frontera Palestina de Rafah. Aquí parece como si cambiáramos de mundo.  No sólo está todo muy organizado, sino que parece la salida de un aeropuerto internacional de cualquier ciudad europea. A la entrada del edificio, que parece recién estrenado, las maletas se dejan en una cinta transportadora. Hay un control de pasaportes palestinos con varias cabinas, por los cuales la gente circula rápidamente y después de pasar recogen sus maletas en otra cinta transportadora como las que hay en los aeropuertos. Además de la diferencia de las instalaciones, la diferencia de fondo es tratar a la gente como súbditos o como ciudadanos. Las visitas que no son palestinas, tienen que declarar el objeto del viaje y que contacto tienen dentro de Gaza, y son atendidos individualmente por funcionarios amables, jóvenes y bien vestidos, que antes de autorizar la entrada se comunican con las personas de contacto en Gaza.
Nuestro contacto es un médico cardiólogo palestino que colabora con el Frente Democrático de Liberación de Palestina, un partido de inspiración marxista y panarabista, no islamista. El nos ha ofrecido un apartamento en Ciudad de Gaza, donde viviremos mientras estemos aquí. La ciudad de Gaza está al norte de la Franja de Gaza. En total el largo de la franja, que es una zona costera, mide 41 Km. y su ancho es de 6 o menos Km. Esta zona costera está en el culo de saco del mediterráneo, y Serrat también habría podido cantar en su Mediterráneo “desde Algeciras hasta Gaza”. Aquí viven hacinadas y bloqueadas 1’7 millones de personas, por el delito de haber nacido palestinas. Viajamos pues desde el sur de Gaza, que es Rafah, hasta el norte que es ciudad de Gaza. Prácticamente, aunque la franja está dividida en ciudades, éstas están en líneas de continuidad.
Después de instalarnos, comemos con Dr. Issam, catedrático de Economía de la Universidad Islámica de Gaza. Habla perfectamente castellano, acaba de regresar de Andalucía, donde ha firmado convenios de colaboración con universidades de Sevilla y Almería. El nos informa de que ha escuchado en la radio que ha habido varios niños heridos ese día, seguramente por algún disparo de los tanques de Israel. Luego vemos en un periódico digital de Gaza, en inglés, que en realidad se trata de que 4 niñ@s, de la misma familia, en la zona central de Gaza, Deir Al Balah, que han sufrido heridas al explosionar, cuando estaban jugando, proyectiles que estaban enterrados, y que provienen de los muchos no explosionados de los frecuentes bombardeos de Israel, mayormente de la operación plomo fundido de Enero de 2009.

Después de comer vamos de compras para abastecer el apartamento de algo de comida y cosas de limpieza. La moneda corriente es el shequel de Israel que equivale aproximadamente a 20 céntimos de € y los precios son bastante más caros que en el Cairo. Es decir cuando hablamos de la ocupación de Palestina por Israel, tenemos que saber que además, que ellos controlan las fronteras, y deciden qué cosas y quien entra y sale, también obligan a que la moneda de uso sea la de ellos. De manera que el pueblo ocupado tiene que manejar diariamente unos papelitos con el idioma, los símbolos y los personajes históricos de los ocupantes.
Al anochecer nos acercamos al pequeño puerto pesquero de Gaza, a ver el monumento en memoria de los 9 activistas turcos que fueron asesinados a  bordo barco Mavi Mármara, integrante de la primera Flotilla de la Libertad de solidaridad con Gaza, que fue asaltada en alta mar por barcos y helicópteros de Israel. El monumento es un monolito, que en su base tiene el nombre de los nueve activistas muertos y banderas de Palestina y Turquía. Después nos hemos acercado a la playa, que a pesar de que estaba entrada la noche, estaba abarrotada. Familias enteras sentadas en la arena, cenando, tomando te o café y muchos niños y niñas jugando y bañándose.
Esta mañana hemos visitado a un matrimonio componente de la familia Samouni. Esta familia, muy extensa como son las árabes, que vivía en la barriada Zaytun, fue obligada, durante la ocupación israelí de comienzos de 2009 a encerrarse todos juntos, en una de las viviendas. La excusa era su mayor seguridad. Pero a la mañana siguiente la vivienda fue bombardeada, lo que supuso que treinta miembros de la familia resultaran muertos y otros muchos heridos. El gobierno Israelita abrió una comisión de investigación de este caso debido a las protestas internacionales, pero el mando que ordenó el bombardeo ha sido ascendido recientemente. A la visita nos ha acompañado la compañera Maphaz, una chica de 21 años, hija del anterior ministro de asuntos exteriores de Gaza.
El matrimonio que hemos visitado perdió un hijo de 15 años y una hija de 14 de los 10 hijos que tenía. Otros dos fueron heridos, Abdalá que hoy tiene 11 años y Mohamed que hoy tiene 8 años. Justamente el motivo de nuestra visita a Gaza, es traer ambos niños, que han perdido la movilidad de sus brazos derechos, por herida de codo y hombro, a operarlos en Andalucía, para lo que hemos hecho un Convenio con la Consejería de Sanidad. Ahora, gestionamos (vía Izquierda Unida) el necesario permiso del Gobierno de Israel, para que los niños puedan salir hacia España. Al viaje lo acompañará su padre Wael. La familia vuelve a tener diez hijos, ya que mientras tanto le han nacido otro hijo y otra hija. Será la Asociación Unadikum, la que corra con los gastos de los tres palestinos en España, ya que la Junta de Andalucía sólo cubrirá el gasto de las operaciones, habiéndonos comprometidos nosotr@s a cubrir todos los demás gastos incluidos los de las medicinas que sean necesarias, para lo cual esperamos la colaboración de los compañer@s que puedan aportar algo.
En el recorrido que hemos hecho hoy, en la visita a la familia Samouni, hemos visto numerosos edificios con impactos de bala y metralla. A poco que se fije un@, ve por todas partes señales de los ataques del ejército israelí. La otra expresión gráfica, muy visible, de la situación son los numerosos murales que hay en las calles que expresan la batalla y la resistencia palestina, por su libertad y su soberanía como pueblo, frente a las bombas, los tanques y los helicópteros del ejército de Israel.